Los coches eléctricos son cada vez más vistos por sus amplias ventajas ambientales. Un tipo de vehículo que ha crecido mucho en los últimos años, y del que se presenta como la opción principal en cuanto a movilidad para los próximos años, incluso para los que están ya encima. No obstante, también es cierto que no todos son puntos a favor, y que sus contras juegan aspectos importantes.
Los problemas medioambientales han hecho que cada día exista más concienciación en la sociedad de la importancia que tiene ser respetuoso con el planeta. El cambio climático es una realidad y una responsabilidad de todos. En esas, los vehículos eléctricos van haciéndose hueco poco a poco, también con ventajas como los planes de ayudas públicos para acceder a ellos.
El cambio generacional no responde igual
Y es que la electrificación es un hecho que no tiene vuelta atrás. Este es un cambio generacional que está respondiendo en todos sus ámbitos tecnológicos, tanto a nivel de motores, de baterías, en aspectos como su incremento de autonomía… si lo trasladamos al aspecto de mercado, lo que vemos es que en los meses anteriores de mayo, junio y julio, las ventas aumentaron un 42% en España con respecto a años pre-covid, como 2019.
A la luz de los datos, se extraen varias conclusiones. El vehículo electrificado se vende mayoritariamente en las grandes ciudades, sobre todo en Madrid, Barcelona y Valencia. De todas formas, es verdad que, pese a este aumento, no todos los usuarios hoy las tienen consigo para acceder a ellos, haciendo que todavía los de combustión sean bien considerados. Por tanto, no podemos decir que los coches eléctricos sean todo ventajas, sino que también se ven con varias desventajas.
Como tal, en la decisión de compra hay muchos elementos en juego: desde coste de adquisición, el coste de mantenimiento, prestaciones, comodidad, autonomía…pero también el consumidor tiene muy en cuenta otros factores como la lucha contra el cambio climático, o aportar un granito de arena a que el aire que respiramos esté menos contaminado. Y ahí, sí que gana.
Aspectos a considerar
Así, y de forma casi repentina, hemos observado cómo en la actualidad hay una gran disponibilidad de coches eléctricos, especialmente en la gama alta. Ahí es Tesla la más consolidada y la que propiamente va muy por delante de sus competidoras. Pero, igualmente, ha sido la misma firma americana la que nos ha mostrado que son varios los problemas y fallos habituales de los coches eléctricos a los que todavía nos enfrentamos.
Si bien muy pronto este tipo de coches también se harán con el resto del mercado, de hecho, se espera que para el año 2025 los precios sean similares a los de los automóviles convencionales, el transporte eléctrico tiene ventajas obvias en cuanto a las emisiones y nuestra salud.
Solo el transporte es responsable de cerca del 23% de las emisiones de dióxido de carbono energéticas a nivel mundial, una cifra que se espera sea el doble para el año 2050. Todo esto, además, siendo los vehículos a motor los grandes escollos de la contaminación atmosférica y de ruido. Con los coches eléctricos la posibilidad de evitar estos problemas es clave… pero no por eso los coches eléctricos están exentos de problemas, ni mucho menos.
Los consumidores europeos son cada vez más conscientes de las limitaciones que presentan los coches de combustibles tradicionales y buscan mejorar la calidad de la conducción, la cual cada vez vive más restricciones gubernamentales. Por eso, antes de dirigirse a la compra de un electrificado, hay que considerar una serie de aspectos.
- Capacidad de la batería. Si lo miramos desde el coche convencional, probablemente poca gente sabe cuánta gasolina cabe exactamente en su depósito. Pero en lo que concierne al eléctrico, es importante conocer la capacidad de su batería. Aquí, esta es la cantidad de energía que puede almacenar. La unidad de medida es el kilovatio hora (kWh), siendo 1 kWh la energía que se necesita para proporcionar 1 kilovatio (kW) de potencia durante 1 hora. Cuantos mayor sea el número de kWh, mayor será la batería y más cantidad de energía podrá almacenar.
- Consumo. Aunque normalmente ponemos el foco en la autonomía, conocer el consumo del coche nos permitirá tener una idea más precisa sobre la eficiencia del vehículo. También para tener una estimación del coste por km recorrido, ya que cuanto menor sea el consumo, menos dinero gastaremos para recorrer una misma distancia. Por lo general, esta es una de las ventajas de los eléctricos. Se mid en kWh/100 km,
- Autonomía. Al respecto, este es de los datos que antes veremos cuando nos interesemos por un coche eléctrico. Sabiendo los parámetros de la capacidad de batería y el consumo podremos conocer su autonomía. Actualmente los hay con autonomías de entre 200 y 600 kilómetros.
- Potencia de carga. En este sentido, la potencia de carga nos dará una pista de cuánto de rápido se puede recargar el coche: a igual capacidad de batería, cuanto mayor sea la potencia de carga, menor será el tiempo necesario para recargarla. Se mide en kWh.
- Potencia del vehículo. La equivalencia entre kW y CV es de 1,36. Por tanto, 100 kW es lo mismo que decir 136 CV. Cuantos más kW tenga el motor, más potente será el coche. Entre sus ventajas, los eléctricos son capaces de conseguir cifras de potencia elevadas con motores pequeños.
Beneficios e inconvenientes
Como tal, y luego de haber conocido los aspectos más importantes a considerar y observar en la compra de nuestros eléctricos, hay que hacer frente a las ventajas y desventajas. Sí, es verdad que el punto a favor principal, y del que todos conocemos, en cuanto al coche eléctrico es que no contamina, pero para muchos esta no es suficiente.
Para acercarnos a ellos, es preciso conocer mejor a estos vehículos que ya están muy presentes en nuestras calles. Empezando por el principio, un coche eléctrico es aquel que es propulsado a través de la energía eléctrica acumulada en sus baterías. A partir de ahí vemos varios tipos: los 100 % eléctricos, híbridos e híbridos enchufables, y eléctricos de autonomía extendida.
Como decíamos, la principal de sus ventajas es que al usar electricidad como forma de propulsión, en vez de la gasolina o diésel como combustible, son mucho menos contaminantes, por lo que cada día gozan más de ciertos privilegios en varios países del mundo, como en España. No obstante, también hacen porque sus puntos en contra puedan ser más de los que parecen.
Cero Emisiones
Este es, principalmente, uno de los puntos más importantes a los que mirar, y del que este tipo de automóviles completan unos beneficios muy reseñables. Porque, al tener un modo completamente eléctrico, estos no emiten gases contaminantes. Este es un concepto que entró en nuestro vocabulario y por el que ha querido quedarse para mucho tiempo.
A simple vista, y sin profundizar demasiado, comprobamos que es un término amable y positivo. Este tipo de vehículos deja atrás los motores de combustión que son los que producen las emisiones contaminantes y apuestan por uno eléctrico sustentado en una batería de iones de litio que se muestra totalmente respetuoso con el medio ambiente.
Este es el gran salto que se ha producido y que tiende a convertirse en la única realidad que nos espera en el futuro. Estos ‘Cero Emisiones’ tienen varias ventajas, entre ellas las de que pueden circular sin restricciones y beneficiarse de ventajas fiscales. Se incluyen aquí los puramente electrificados y los híbridos enchufables. Además, estos tampoco producen contaminación atmosférica, puesto que hacen muy poco ruido.
Autonomía insuficiente
Aunque bien es verdad que poco a poco van haciéndose progresos cada vez mejores y mayores, todavía la autonomía es uno de los puntos más flacos de los eléctricos, por lo que sus ventajas se traducen aquí más en desventajas. Así, si queremos hacer un viaje largo, estos se antojan -de momento- como un gran inconveniente, teniendo en cuenta que su autonomía media es de unos 291 km. A esto, se le agrega también el problema de la escasa red de recarga.
Aun así cada día tenemos mayores avances y van saliendo modelos con mayor autonomía, como es el caso del Tesla Model S P100D, que tiene una autonomía de casi 600 km y una capacidad de batería de 100 kWh. Aunque hay que decir que la autonomía depende de muchos factores, como por ejemplo de la velocidad, del aire acondicionado o de la edad y estado de la batería, entre otros varios.
Buen consumo urbano
Si echamos números, veremos que una recarga suele cundir muchísimo en ciudad, con una conducción normal, aprovechando las inercias y la regeneración en frenadas. Pero si además vivimos en zonas proclives a estar mucho tiempo a baja velocidad e incluso detenido por semáforos y retenciones, el eléctrico brillará aún más en cuanto a consumos y confort (al no tener caja de cambios, embrague).
Gran parte de su consumo está directamente relacionado con la cantidad de potencia que le pidamos al coche, con lo deprisa que queramos ir. Así, al contrario de lo que sucede con un coche de combustión, el coche eléctrico requiere de muy poca potencia para circular entre 30 y 50km/h, que es la velocidad media de conducción por una ciudad.
Menor gasto en mantenimiento
El gasto en el mantenimiento del motor que nos produce un vehículo diesel o gasolina es bastante alto. Sin embargo, con un coche eléctrico este gasto nos lo ahorramos. El motivo no es otro que por su motor. Y es que, al ser más compacto y de no necesitar tantos elementos líquidos como el convencional, se hace más fiable.
Así, es bastante inusual que un motor eléctrico falle, es muy simple, no tiene apenas complementos. Esta es una diferencia amplia con los propulsores comunes, los cuales sí pueden dar numerosos fallos, e incluso dejar el motor inutilizado.
Diferentes tipos de recarga a mayor velocidad
El segmento de estos vehículos tiene, actualmente, tres tipologías de recarga. La principal es la vinculada que es la que se hace en el hogar o en el trabajo. Esta, como tal, es la más barata porque son los que ofrecen los operadores energéticos. Eso sí, suelen tardar bastante más tiempo (entre seis y ocho horas).
El segundo tipo de carga es el llamado punto de carga en destino. Muchos centros comerciales, hoteles, restaurantes… ofrecen puntos de recarga, y además gratuitos. Tesla ofrece a sus clientes este servicio sin coste. También los concesionarios de vehículos de diferentes marcas están instalando puntos de recarga de tal modo que se pueda recargar ahí el vehículo. Sus tiempos son de una media entre 5 y 7 horas.
Y el tercero sería el punto de recarga público in itinere rápida y ultrarrápida, desde 50 kW para realizar una recarga en un viaje largo entre Madrid y una ciudad costera. Ahora bien; este aspecto exige una planificación del viaje, si bien las eléctricas han prometido que antes de 2025 habrá un poste de recarga rápida por cada 100 kilómetros de la red nacional de carreteras de España. Enre sus ventajas encontramos que los eléctricos permiten cargarse en cualquier enchufe.
Ventajas fiscales
Un punto importante de los usuarios que accedan por estos automóviles es que podrán beneficiarse de varias ventajas fiscales. Donde, al recibir la etiqueta Cero de la DGT, quedan exentos de pagar el impuesto de matriculación. Y este aspecto supone ya un ahorro importante, porque este tributo puede ser de hasta el 14,75% del precio del modelo.
Al mismo tiempo, también pagan menos impuesto de circulación. Este último depende de cada Ayuntamiento, pero en casi todas las ciudades se ofrecen rebajas y, en el caso de Madrid y Barcelona, el descuento llega al 75%.
Escasa red de recarga
Si bien uno de los favores de estos es que ofrecían diferentes velocidades de recarga, también encontramos que la infraestructura de recarga pública en España está a la cola de Europa, con menos de 8.000 puntos públicos. Siendo estos en su mayoría de 22 kW en las ciudades y de 50 kW en los que están en carretera.
Tesla está instalando sus superchargers V3 con hasta 250 kW mientras que Repsol inauguró en 2019 en Álava su primer punto de carga ultrarrápida con 350 kW. El problema más importante viene en las carreteras, donde sin duda es más necesaria una infraestructura para permitir que se pueda viajar con un eléctrico.
Pero esto es aún mucho más problemático, puesto que instalar un punto de recarga en una zona de carreteras, normalmente no hay redes de distribución de electricidad próximas. Por lo que poner un punto de recarga en una gasolinera en una u otra provincia es muy costoso.
Precios elevados
El precio de un coche eléctrico es bastante superior a la de uno tradicional. La razón del alto coste son las baterías. Es el componente que más influye en el precio final. Porque, más allá de que los coches eléctricos se muestren como la alternativa del futuro de la movilidad con todas estas ventajas que hemos visto, los precios siguen siendo igual de elevados que en sus primeros compases.
Si bien este es un factor que se espera que pueda mejorar a medida que se vendan más, la situación de hoy no invita tanto al optimismo. Es cierto que van llegando algunas ayudas a la compra, pero los de combustión tradicional siguen siendo más asequibles y eso marca la diferencia en muchos casos.
El mayor problema es el coste de las celdas de la batería. Hoy, se encuentra en 90 €/kWh, estimándose que en seis años puede bajar hasta 68 €/kWh, con lo que el coste añadido al precio de los híbridos enchufables puede bajar hasta los 2.500 euros en 2030 y los eléctricos hasta 1.500 euros.
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