Hoy en día todo debe ser sostenible. Es la única manera de que hagamos frente al cambio climático y al agotamiento de recursos sin causar más daño al planeta del que ya hemos hecho. Convertir nuestra economía y nuestra sociedad hacia una realidad en la que lo que hacemos deje menos huella en consumo de energía, contaminación y otros aspectos ambientales. En este sentido, ¿es posible que el metaverso sea sostenible?
La pregunta tiene una razón de ser. Cuando se habla de sostenibilidad y de qué sectores de la economía son más contaminantes o consumen más energía, lo que también tiene su impacto, es inevitable mirar hacia Internet. Es decir, los gigantescos centros de datos, servidores e infraestructuras físicas que hacen posible todos esos servicios, productos y herramientas que conocemos como Internet. Y el metaverso es parte de ello.
El metaverso se sustenta en recrear mundos virtuales, más o menos reales. Algo que requiere de computadores potentes conectados en red. También será necesario gestionar una gran cantidad de datos cuando se apliquen servicios relacionados la realidad virtual. En definitiva. El metaverso necesitará unos recursos de red impresionantes. Y todo ello conllevará también un consumo elevado de electricidad. Por suerte, no tiene porqué ser un problema.
Un metaverso sostenible basado en la eficiencia
Si bien es cierto que el metaverso requiere de una elevada banda ancha y del empleo de tecnologías que consumen energía, los responsables de las mismas han hecho una gran labor enfocada a optimizar los recursos disponibles.
Partimos del uso de Internet. Tecnologías como el WiFi 6 o el 5G destacan precisamente por consumir menos energía durante su funcionamiento. Los dispositivos conectados a redes WiFi mediante la versión 6 de este estándar no requieren tanta electricidad como en estándares previos gracias a tecnologías como Target Wake Time.
Y el 5G tampoco se queda atrás, ya que aunque está pensado para satisfacer una mayor demanda de conexiones y envío de datos, al mismo tiempo, los dispositivos compatibles con 5G ofrecen un ahorro energético de casi el 90%.
Por otro lado, los centros de datos y servidores actuales también optimizan el uso de electricidad. Para empezar, emplean sistemas de refrigeración que reduce el calentamiento de los sistemas. Precisamente, el enfriamiento de estos equipos eran uno de los aspectos que más encarecía su mantenimiento. Como curiosidad, Microsoft lleva años investigando si es viable instalar centros de datos submarinos que se refrigeren gracias a las bajas temperaturas que se alcanzan bajo el mar. No es descartable un futuro metaverso sostenible que aproveche estas innovaciones.
Otra curiosidad. Pese al aumento en la demanda de esta tecnología por el consumo de streaming, el cloud computing o la inteligencia artificial, el consumo energético se sigue manteniendo igual que hace unos años. Según un estudio de la Internatcional Energy Agency, mientras que el tráfico de Internet ha aumentado un 16,9% entre 2010 y 2020, el consumo de energía por parte de los centros de datos se mantiene entre el 1 y el 1,1%. Un aumento imperceptible. Y eso que hay aproximadamente 7,2 millones de centros de datos en todo el mundo. Con Estados Unidos a la cabeza con 2.670.
Las oportunidades sostenibles del metaverso
Hay quien enfoca el tema de la sostenibilidad del metaverso de otra manera. Por ejemplo, aunque el metaverso pueda consumir energía, las empresas relacionadas con las tecnologías asociadas al metaverso están enfocándose cada vez más en obtener energía a partir de fuentes renovables. Precisamente, al estar centradas en la innovación y en el cambio constante, les es más fácil hacer una transición hacia hábitos y acciones más sostenibles.
Y por otra parte, la concepción del metaverso se traduce en sostenibilidad. Precisamente, los mundos virtuales y las aplicaciones que se están gestando alrededor del metaverso tienen que ver con la interacción entre personas y máquinas desde la distancia, en mundos digitales. Esto implica un cambio en determinados hábitos como el desplazamiento físico, los viajes de trabajo y otras actividades que, en masa, tienen un impacto negativo.
A lo que hay que añadir que la tecnología que mueve el metaverso evoluciona a gran velocidad. Y entre sus mejoras y cambios se incluyen los aspectos relacionados con la sostenibilidad: menor consumo de energía, más prestaciones con menos recursos, etc.
Queda mucho trabajo por hacer. Tanto para hacer realidad el metaverso prometido como para hacer de ese metaverso un espacio sostenible para el mundo real. Pero tenemos grandes ejemplos en otros ámbitos tecnológicos como la propia obtención de electricidad, el cambio a vehículos eléctricos o tecnologías más eficientes. Ejemplos que permiten adivinar que el metaverso sostenible no es una quimera. Será una consecuencia natural a medida que las piezas de este rompecabezas tecnológico se vuelven más complejas y eficientes.
¿Puede el metaverso ser sostenible? es un artículo de Blogthinkbig.com.
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