El desarrollo de productos y servicios es un componente vital de cualquier negocio. Por ello, los mecanismos que hacen este proceso más eficiente y efectivo son vitales. Las metodologías agile hacen precisamente esto, dividen un proyecto en múltiples fases para impulsar un mejoramiento continuo del objetivo final. Explora qué son, para qué sirven y cuáles son las más usadas.
El ABC de las metodologías agile
Una metodología agile es un marco de desarrollo de proyectos que los divide en varias fases dinámicas o sprints. Es un método iterativo, pues, tras cada ciclo, el equipo analiza qué se hizo e identifica aspectos a mejorar. De esta manera, las mejoras se incorporan en la estrategia del siguiente sprint o ciclo.
Este estilo de manejo de proyectos proviene del desarrollo de software, donde las necesidades de los clientes suelen ser fluctuantes. Por ello, el sello de las metodologías agile es la colaboración constante entre los miembros del equipo y los stakeholders durante el proceso.
Adicionalmente, este tipo de metodologías se guía por cuatro principios, a saber:
- Los individuos están por encima de procesos y herramientas. La colaboración y el trabajo en equipo son más importantes que el trabajo independiente. Además, no se prioriza el hacer las cosas de forma tradicional.
- El producto es más importante que la documentación exhaustiva. Desarrollar un producto o servicio funcional y de calidad es prioritario sobre tareas adicionales.
- El trabajo colaborativo con el cliente tiene más peso que los detalles de la negociación contractual.
- Responder a los cambios es más valioso que seguir un plan. La flexibilidad de lo agile permite que los equipos modifiquen sus estrategias y flujos de trabajo, sin cambiar el curso del proyecto en su totalidad.
Beneficios de aplicar las metodologías agile
Con esto en mente, se evidencian las ventajas de trabajar en proyectos usando estos métodos. Estas son las más importantes:
- Son adaptables. Cada sprint tiene, en sí mismo, etapas de planeación, ejecución y evaluación. Esta independencia entre ciclos facilita la adaptación a las necesidades cambiantes del cliente sin impactar el curso del proyecto. Así que, los equipos agile pueden ofrecer una alta capacidad de respuesta y flexibilidad a los intereses de sus stakeholders.
- Promueven el trabajo colaborativo. Los métodos agile combaten el aislamiento entre áreas de trabajo en un proyecto. Lo logran al fundamentar el flujo de trabajo constante entre los miembros del equipo. De igual modo, ayudan a que el flujo de información sea dinámico y más horizontal.
- Se enfocan en las necesidades del cliente. La consideración permanente de los deseos del cliente es central en las metodologías agile. Es una vía directa para adaptar el producto a lo que el cliente necesita a medida que se desarrolla. Adicionalmente, las entregas constantes son una forma de evidenciar valor a lo largo del proyecto.
Las metodologías agile más utilizadas
El pensamiento agile es un marco general para distintas metodologías. Veamos las más comunes y aplicadas en la actualidad:
Scrum
Esta consta de sprints que son planeados y evaluados una vez finalizan. Por su parte, el Scrum master elimina obstáculos para que los miembros del equipo puedan hacer su trabajo cotidiano. Así, cada día comienza con una reunión corta para revisar el progreso y definir cómo avanzar durante la jornada eficientemente.
Esta metodología permite un seguimiento claro de parte de los miembros del equipo y sus stakeholders. Además, su sencillez la hace ideal para desarrollar software o proyectos de negocios, creación de productos y servicios, marketing, etc.
Kanban
Esta metodología usa herramientas visuales (tableros) para mostrar la ubicación de las tareas en el proceso de desarrollo. De modo que, es útil para visualizar la cantidad de trabajo hecho y pendiente. Igualmente, sirve para identificar obstáculos en el flujo.
La simpleza de esta metodología la hace apropiada para equipos de trabajo fuera del mundo de las TI, como marketing y recursos humanos.
Lean Development
Se centra en eliminar cualquier actividad que no le dé valor al producto en desarrollo. Así que permite ahorrar tiempo y dinero al remover actividades superfluas. Esto se debe a que contempla el producto mínimo viable a lo largo del proyecto para mejorarlo continuamente, según la retroalimentación del cliente.
Esta metodología es fácilmente escalable y adaptable a proyectos de cualquier dimensión. Sin duda, las metodologías agile son un mecanismo para pulir los procesos de desarrollo de un proyecto y avanzar con un resultado que responda a las expectativas del cliente.
Imagen de Brand Factory.
Metodologías agile, sus principios y usos en el entorno laboral es un artículo de Blogthinkbig.com.
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