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Si vas a comprar una tele de segunda mano, fíjate siempre en esto

Tele segunda mano

No cambiamos de televisor cada mes ni cada año, tardamos muchos años en apostar por uno nuevo y por eso es importante fijarse en todo al comprar uno. Pero especialmente hay aspectos en los que debemos fijarnos muy bien si vas a comprar una Smart TV de segunda mano. Será más barata pero cuidado, pueden timarte. Asegurarse que es de calidad, que cumple con lo prometido, que está en buenas condiciones, que no está dañado… Hay algunos consejos que podemos seguir si vamos a comprar un televisor de segunda mano y queremos evitar estafas, timos o engaños a la hora de llevar nuestra nueva tele a casa.

A la hora de comprar una tele usada te recomendamos que te informes al máximo sobre el televisor, que sepas por qué lo vende esa persona (puede ser normal que quiera uno más grande pero no renovamos el televisor con la misma frecuencia que un móvil, por ejemplo, así que dar el paso puede ser “sospechoso”) y en qué estado está. Si es muy moderno quizá debemos desconfiar a salvo que haya motivos para pensar lo contrario y si es muy antiguo quizá no nos merece la pena apostar por un televisor usado y encontramos ofertas nuevas que merecen la pena. Sea como sea, fíjate bien en todos los aspectos posibles.

Comprueba físicamente

Se aplicaría a cualquier objeto que compres de segunda mano pero una televisión de segunda mano puede ser incluso más delicada. Comprueba todo. Asegúrate que todos los puertos funcionan (USB, HDMI…), asegúrate que no hay golpes o arañazos en la pantalla, que el pie o soporte de pared funciona correctamente, que no hay daños. Intenta ser lo más minucioso posible para que no te engañen.

Modelo exacto

Lo primero en lo que debes fijarte es el modelo exacto y la persona que lo vende puede dártelo buscando las especificaciones del producto en el propio aparato, el ticket de compra o incluso buscando el correo electrónico del pedido si lo hizo hace no demasiados años. Tener el modelo exacto te ayudará a tener todas las especificaciones, el año, la compatibilidad, el tipo de panel… Pero no siempre es posible así que hay otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de usarlo.

Antigüedad y horas de uso

El año de fabricación o la antigüedad nos ayudará a saber el estado del televisor, las horas de visionado, el uso… En el caso de televisores LCD que han estado encendidas o activas durante horas y horas (pueden ser miles de horas si las televisiones son muy antiguas) la calidad de la imagen se pierde y también el brillo. Lógicamente dependerá del uso que se haya dado al televisor en sí que pueda estar más o menos deteriorado pero podemos hacernos una idea aproximada. No basta con saber el modelo para que sepamos el consumo pero sí podemos calcular aproximadamente el tiempo si es un televisor muy muy antiguo. Puede que no nos merezca la pena comprar algo de hace seis o siete años ya que al final acabaremos teniendo que pagar una reparación o sustituyendo el televisor y nos saldrá más caro que apostar por un modelo actual de quizá una gama más baja.

Además, algunos televisores nos permiten saber cuánto tiempo ha funcionado durante su vida “útil”. Podemos ir al menú SVC y de ahí a “Panel Display Time” donde aparecerá las horas que ha estado encendido. Basta con dividir el número de horas por 24 para saber cuántos días ha estado en uso, cuántos meses, etc. Así podremos hacernos una idea de su antigüedad o saber si está demasiado deteriorado.

Tipo de panel y resolución

Es fundamental saber qué tipo de panel que es un televisor. Puede ser LCD o puede ser OLED si se trata de un modelo actual pero también hay modelos de hace algunos años que se tratan de los conocidos “televisores de plasma”. ¿Cómo podemos saber si es Plasma o LED? Lo primero, buscando especificaciones. Pero si no las tienes al alcance, podemos asegurarnos comprobando que los negros sean negros puros o comprobando si desprende algún tipo de calor. Pero, como decimos, lo más recomendable es que te fijes en las especificaciones del producto.

La diferencia entre LCD y OLED es que los primeros necesitan retroiluminación por detrás, por ejemplo. Es decir, hay una fuente de luz que ilumina los píxeles del televisor para que se vea la imagen. Por su parte, el OLED no hay una fuente de luz emisora detrás sino que los pixeles se iluminan de forma independiente y única, lo que permite que se consigan negros más puros, se ahorra energía, etc.

Asegúrate que la resolución corresponde a la que has visto en el anuncio o a la que has comprado. La resolución es el número de píxeles que tiene la imagen de televisor y que se traduce como mejor nitidez o detalle en series o películas. No hay ningún “truco” para comprobar la resolución de un televisor pero sí sabemos que a mayor resolución mejor se verá. Comprueba las especificaciones o consulta el menú de ajustes del televisor para saber cuánto nos ofrece. En la actualidad, lo más habitual es que encontremos televisores 4K y UHD aunque también hay modelos de 8K, aunque será raro que los encuentres de segunda mano en la actualidad. Algo que debes tener en cuenta es que el 4K y UltraHD en una Smart TV es la misma resolución. Es decir, el 4K tiene una resolución original de 4096 x 2160 pixeles pero este formato no se adapta al 16:9 de las televisiones así que comúnmente se denomina 4K al formato UHD o Ultra High Definition que corresponde a 3840 x 2160 de resolución. Es posible, por tanto, que veas indistintamente un televisor como UHD o como 4K con la misma resolución. Ambos son idénticos.

4k-uhd-full-hd

WiFi y Smart TV

Asegúrate que la conexión WiFi, en caso de ser una Smart TV, funcione correctamente. Comprueba que se conecta bien a la red introduciendo usuario y contraseña de la red más cercana que haya.

También fijate en la Smart TV y la compatibilidad. Puede que para muchos sea lo más importante a la hora de ver series o películas en aplicaciones de streaming. Comprueba si es Smart TV o no. Puedes hacerlo con el modelo exacto del televisor buscándolo en Internet pero también está disponible en el mando, con un botón específico (Smart Hub, por ejemplo, en los de Samsung) o a través de los menús de ajustes del propio aparato. Además de comprobar si tiene o no Smart TV conviene también que sepas el año del televisor para asegurarte de la compatibilidad con muchas aplicaciones. Por ejemplo, algunas apps de streaming (es el caso de Disney+) solo permite televisores Samsung a partir de 2016. Y otras, como Filmin, solo permite instalar la app en una Smart TV Samsung posterior a 2014. Saber el año además de si tiene o no Smart TV nos ayudará a saber qué apps podemos instalar y qué apps no, por ejemplo.

Además, conviene saber el sistema operativo. Generalmente basta con saber la marca para saber el sistema operativo pero en algunas ocasiones las propias marcas o compañías han variado el SO de una versión a otra, de un año a otro.

Smart tv Philips

Mando a distancia

No es imprescindible y hay muchos mandos que son universales pero lo más aconsejable y cómodo es tener el propio mando de la televisión. Puede que el tuyo lleve contigo diez años y esté en perfecto estado pero hay muchas casas donde la tapadera de las pilas está rota, el mando está mordido, le faltan botones… Nunca se sabe en qué condiciones está así que asegúrate que está bien o busca una alternativa acordada con el vendedor para reemplazarlo.

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