Hace poco más de año la joya del IBEX dedicada a las torres de telecomunicaciones superaba los 60 euros por acción y capitalizaba más de 40.000 millones. Trece meses después la compañía se está disolviendo como un azucarillo presionada por el aumento de tipos de interés y la ausencia de nuevas formas para crecer en el perímetro que hoy manejan.
En agosto del 2021 Cellnex se convirtió en la cuarta empresa más importante del IBEX distanciándose además de Telefónica, la empresa de telecomunicaciones por excelencia en España que veía como su rival se alejaba en capitalización gracias a su negocio basado en el alquiler de las torres a otros operadores. Un año en el ámbito empresarial puede ser una eternidad y cambiar el escenario por completo como veremos a continuación.
Hace un año comenzó a dispararse la inflación a nivel mundial, los bancos centrales comenzaron a subir tipos de interés y además alguna de las operaciones que tenía encima de la mesa la compañía dirigida por Tobías Martínez Gimeno se fueron al traste. Toda esta tormenta perfecta se ha llevado por delante más de 20.000 millones de euros de capitalización bursátil y todo apunta a que la sangría va a continuar.
En opinión de BolsaZone, empresa de educación financiera y social trading, «estamos hablando de una compañía cotizada que ha crecido a base de talonario comprando infraestructura de otras empresas, endeudándose y que en la cuenta de resultados a nivel neto sigue en pérdidas. Es verdad que la generación de caja va aumentando, pero en el contexto actual, los institucionales buscan otro tipo de activos. Si hace un año, los fondos buscaban empresas como Cellnex con poco riesgo que veían a futuro la posibilidad de generar una renta fija por sus infraestructuras, ahora mismo los bonos ofrecen mayor seguridad y rentabilidad».
Sin beneficios desde 2017
Cellnex no gana dinero y mantiene una deuda de 14.300 millones de los cuales el 86% están a tipo fijo, una buena noticia teniendo en cuenta que los tipos de interés van a seguir al alza en tanto en cuanto no se contenga la inflación. La empresa tiene 104.000 torres en doce países, pero los planes de crecimiento no están nada claros porque no hay tantas oportunidades como años atrás.
El pasado verano, la empresa sufrió un duro revés y es que intentó adquirir las torres de la filial de Deutsche Telekom GD Towers y la operación se truncó. La compañía que tenía liquidez para abordar la operación no está siendo capaz de encontrar nuevas vías de crecimiento y por eso estudia otras alternativas como redes adyacentes a las torres. Estamos hablando de la fibra que llega a estos emplazamientos o incluso otras redes más específicas para conectar infraestructuras que necesiten una gran conectividad.
La incertidumbre a nivel macroeconómico se traduce en un duro revés en bolsa y las dudas que hay sobre sus planes de crecimiento que no están del todo claros. Además, si revisamos sus resultados, el EBITDA ajustado que va cada vez mejor, pero en el EBIT y en el resultado neto van cada vez peor y eso es algo que no pasa desapercibido para los inversores que precisamente están saliendo de la renta variable en búsqueda de mayor seguridad a medio plazo.
Los próximos meses serán claves para la compañía que podría ir a buscar nuevos mínimos en bolsa alrededor de los 25 euros. Ello supondría perder de nuevo la batalla con Telefónica que en este momento capitaliza solo 200 millones de euros menos que Cellnex por las últimas noticias que han aparecido en Europa y que apuntan a que las fusiones entre operadores podrían tener más trabas de las esperadas.
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