Es verdad que, con el avance de la tecnología, han sido muchos (por no decir la mayor parte) de las marcas las que han decidido incorporar pantallas en sus coches para, en principio, hacer la vida y la conducción más fácil en el día a día. Sin embargo, hay un fabricante que no solo ha hecho por mantener estas pantallas, sino que también lo ha hecho directamente trayendo a su interior los clásicos botones.
Porsche se aleja del interior común con su Cayenne
Hubo una época en la que la revolución de la estética en el mundo de los vehículos estaba en las líneas exteriores. Los diseñadores trabajaban a conciencia para definir diseños con una personalidad bien marcada, capaz de establecer diferencias claras entre marcas.
No sucede hoy lo mismo. Vistos desde fuera, los coches resultan muy homogéneos en muchos casos, también influenciados por aspectos como la aerodinámica, que ahora también se busca en los de calle.
No obstante, sí estamos viviendo una revolución en el diseño interior. Cuando un modelo cambia de generación, muy probablemente sea conservador en sus modificaciones exteriores, pero rompedor en la definición de su habitáculo. Y si hay un elemento protagonista y común a todos los coches que hemos ido viendo llegar en los últimos años es precisamente la pantalla. Su protagonista, ahora, es Porsche, quien también ha optado por ofrecer una serie de botones como los más clásicos que conocimos.
Las pantallas gustan cada vez menos, pero…
Al respecto de las pantallas, como decimos, es que este es un aspecto que no sólo ocupa un lugar destacado en el coche y sirve como elemento central de control, sino que además ha ido adquiriendo unas proporciones tales que ya casi parecen tablets integradas entre el salpicadero y la consola.
Es por esto que, en muchos casos, a los fabricantes de vehículos, sobre todo a los eléctricos, empiezan a no gustarles tanto que el interior de sus coches se presenten cada vez con pantallas más grandes pues le restan interés y atractivo, pero no les queda más remedio que seguir la tónica para intentar ofrecer un plus de comodidad (que en ciertos casos esto se hace todo lo contrario).
La prueba lo tenemos con el Porsche Cayenne, el modelo estrella del fabricante alemán, que presenta un nuevo sistema de pantallas que supone una evolución de las del eléctrico Taycan. El conductor tiene ahora a su disposición una de 12,6 pulgadas curvada que agrupa más funciones. Dependiendo del acabado, cuenta con siete vistas, entre ellas, la mítica de cinco esferas para contentar a los puristas.
Y, entre todas estas pantallas, la incorporación de los sistemas de botoncitos que hemos tenido durante la mayor parte de los años. Lo hemos visto en la zona del volante, quien monta los botones del driving mode, los mismos que dan acceso directo a las ayudas a la conducción y también al head up display, que es opcional.
Mucho mando para tan poco espacio
A priori, parece mucho mando junto en tan poco espacio, si bien Porsche ha definido este estilo como el que quieren marcar para la evolución de sus siguientes modelos.
La base de carga por inducción viene de serie, al igual que dos puertos USB-C en el compartimento de almacenamiento delantero y dos más en la consola central trasera. Toda esta disposición obliga a la palanca de cambios a variar de sitio. ¿Dónde se encuentra ahora? En el salpicadero, entre la instrumentación digital y la pantalla central.
Siguiendo con esta línea, una de las novedades más llamativas (y que también se centra en este tipo de pantallas), es que Porsche ha hecho porque la zona del copiloto incorpore una zona exclusiva y hasta más personal. Es así que lo hacen ver a partir de un sistema LCD de 10,9 pulgadas en las que no molestará al conductor pues no alcanza a verla, y en la que el copiloto podrá puede reproducir vídeos en streaming en marcha e ir entreteniéndose durante todo el trayecto.
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