¿Merece la pena cambiar un electrodoméstico viejo? Esto debes saber

Los electrodomésticos suponen una parte muy importante del total de la factura de la luz. Saber cuánta electricidad gastan, es un factor fundamental. Ahora bien, no todo van a consumir lo mismo. Puedes tener una televisión, por ejemplo, que consuma mucho más o menos que otro modelo. Por ello, en este artículo planteamos la cuestión de si merece o no la pena comprar dispositivos más modernos de cara a gastar menos energía en casa.

Por ejemplo, el frigorífico puede llegar a suponer un tercio del total de la factura en algunos casos. Otros como el horno, el lavavajillas o la lavadora, también tienen un consumo importante que conviene controlar. Es por ello que puede venir bien optar por cambiarlos, si vemos que son antiguos.

Cambiar electrodomésticos antiguos para ahorrar

Que salga rentable o no, dependerá principalmente de cómo sea ese aparato. Es decir, no es lo mismo tener un frigorífico de hace 30 años, que otro de hace 5. Si nos vamos a un caso extremo, de un electrodoméstico muy antiguo, entonces muy probablemente sí sea rentable cambiarlo. Pero claro, va a depender de cuánto lo uses. No es lo mismo un frigorífico, que está siempre encendido, que un aire acondicionado que pongas dos días al año.

También va a depender del estado de ese aparato. Puedes tener un electrodoméstico de varios años, pero que esté en perfecto estado porque apenas lo has usado. En cambio, puedes tener otro más moderno, pero que tiene un gran desgaste y eso afecta también al consumo. Tener un aparato dañado puede hacer que consuma bastante más.

Por tanto, son factores que debes tener en cuenta antes de decidir si conviene o no comprar un aparato nuevo para ahorrar electricidad. Principalmente, debes tener en cuenta aspectos como cuánto vas a usar ese aparato, si el anterior está en buen estado o no, si tiene muchos años, etc. Todo esto va a influir.

Usarlos bien es importante

Pero más allá de tener un electrodoméstico viejo o nuevo, es clave usarlos correctamente. Ahí puedes ahorrarte bastante dinero en la factura de la luz, simplemente con hacer algunos ajustes y evitar desperdiciar energía cuando realmente no es necesario para su uso cotidiano en el día a día.

Por ejemplo, muchos electrodomésticos tienen diferentes modos de uso. Puedes utilizar el modo Eco, que es el de menor consumo. Puede significar que funcione a menor potencia o que caliente menos el agua, como es el caso del lavavajillas o lavadora. No significa que funcione peor, ya que muy probablemente sea suficiente para un uso cotidiano.

También es esencial que los coloques correctamente. Hay algunos aparatos que da un poco igual dónde los pongas, pero otros sí que importa bastante. Por ejemplo, el frigorífico es bueno que lo pongas alejado de fuentes de calor, como puede ser un horno o una ventana por donde entra luz solar. Además, conviene separarlo un poco de la pared para que no genere tanto calor.

En definitiva, como ves puede ser interesante cambiar los electrodomésticos más antiguos y así ahorrar en la factura de la luz. Todo dependerá de cada caso, de los años que tengan esos aparatos, el estado en el que se encuentren, su precio, así como el uso que hagas de ellos. En cualquier caso, igual que evitas errores al comprar un router nuevo, también debes evitarlos con cualquier otro electrodoméstico.

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