Los testigos que nos encontramos en el salpicadero de nuestro vehículo nos indican aquellos fallos o averías que debemos corregir. En algunos casos, su importancia es mayor que en otros. Pero, sobre todo, debemos fijarnos en el color del propio testigo para conocer cuándo debemos detenernos de inmediato y acudir a nuestro taller de confianza.
El salpicadero de nuestro vehículo dispone de una serie de testigos que nos ofrecen información muy importante en materia de seguridad. Pese a que durante los últimos años, la mayoría de los fabricantes han ido incorporando pantallas multimedia que nos ofrecen información más explicativa sobre cualquier problema que el sistema detecte, siempre es recomendable saber leer los indicadores de nuestro salpicadero.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no debemos alarmarnos cuando aparecen estas señales. Pese a que en la mayoría de los casos nos están ofreciendo información sobre algún aspecto de nuestro vehículo que debe ser revisado, es recomendable mantener la calma. En función del fabricante y del tipo de vehículo, podemos encontrarnos con más de 100 testigos. En este artículo vamos a mencionar únicamente los que son más habituales.
Testigos en color ámbar: puedes circular con precaución
Todos los fabricantes de vehículos comparten una serie de patrones en común para garantizar la seguridad de los ocupantes. Uno de ellos es el color de los testigos. En función del mismo, vamos a poder conocer de inmediato si debemos parar el vehículo o si tenemos un cierto margen todavía.
En el caso de que el testigo se ilumine en color ámbar, podemos seguir circulando. Aunque, eso sí, deberemos tener en cuenta que el vehículo requiere de atención y, en la mayoría de los casos, una visita al taller. Los testigos de ABS y del control de estabilidad (ESP), por ejemplo, suelen aparecer al mismo tiempo. Cuando se iluminan, ambos sistemas dejan de funcionar, afectando a la tracción del vehículo en el caso de que las ruedas se bloqueen. Por lo que deberemos ir al taller en cuanto podamos para que hagan la revisión y reparación pertinente.
En el caso de la dirección asistida, queda representada por el dibujo de un volante. Cuando se ilumina, es probable que también notemos la dirección más dura. Podemos continuar circulando durante un breve lapso de tiempo, pero podríamos llegar a dañar el mecanismo de dirección.
El testigo más alarmante es del motor, puesto que indica que existe una avería, pero no da más datos. Deberemos acudir a nuestro taller de confianza para que nos ofrezcan más información al respecto. Por último, otro de los más habituales es el testigo que representa las pastillas de freno y que tiene forma circular. Solo desaparecerá una vez cambiemos las mismas en el taller.
En color rojo: acude al taller
Cuando el piloto se enciende en rojo, deberemos actuar de inmediato. Lo encontramos, por ejemplo, en el caso del testigo en forma de exclamación. En la mayoría de los casos, indica que el freno de mano está puesto. No obstante, también puede aparecer cuando el nivel de líquido de frenos es demasiado bajo y, como conductores, deberemos realizar más presión para poder accionar el freno.
El nivel de aceite es otro de los avisos más habituales. En este caso, deberemos circular hasta un taller para que rellene el mismo. O, si tenemos en casa, también podemos rellenarlo por nosotros mismos.
A estos dos testigos se le unen otros dos que debemos vigilar con precaución: uno de ellos indica cuando la temperatura del líquido refrigerante no está bien. Puede ser una avería del termostato, pero lo mejor es acudir al taller a que revisen su estado. Por el contrario, si se ilumina el símbolo de la batería del coche, deberemos acudir al taller para que comprueben si es necesario cambiarla.
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