La caducidad de las tarjetas que utilizamos en nuestro día a día puede jugarnos una mala pasada, puesto que los pagos recurrentes que hacemos con ellas pueden verse cancelados sin que nos demos cuenta. El Banco de España nos advierte de todo lo que tenemos que hacer si nos encontramos ante esta situación.
En países como España, el uso de las tarjetas de crédito y de débito está más que extendido. Muchos de nosotros las utilizamos a diaria para llevar a cabo todo tipo de pagos, con independencia del importe. Pero, ¿qué ocurre en el caso de que nos haya caducado el plástico? ¿Conoces cuál es la forma en la que se deben desechar para evitar cualquier peligro que no tengamos controlado? El Banco de España ha utilizado su blog para informarnos de las acciones que deberíamos cometer.
La recomendación del Banco de España
El propio organismo menciona que en la mayoría de las condiciones contractuales se establece que cuando una nueva tarjeta sustituye a la antigua, debemos proceder con su destrucción. Pese a que muchas veces tendemos a pensar que la tarjeta caducada ya no sirve para nada, la realidad es bien diferente: contiene información personal que es mejor evitar que pueda caer en manos ajenas.
No obstante, la solución no pasa por cortarla en pequeños trozos, como muchos de nosotros hemos hecho en algún momento, y a posteriori tirarla a la basura. La razón es que las tarjetas se realizan de varias capas de cloruro de polivinilo y, además, tienen diferentes tipos de tinta y pigmentos que provocan que la basura doméstica no sea el lugar adecuado. De hecho, las tarjetas “se consideran un residuo electrónico” y, por tanto, el lugar adecuado para asegurar su reciclaje es acudir al punto limpio más cercano. No obstante, si además de garantizar su reciclaje, también queremos proteger nuestra privacidad, lo más recomendable es que acudamos a nuestra oficina para entregar la tarjeta caducada. De este modo, evitaremos cualquier posible problema al respecto.
El aviso con los pagos recurrentes
Pese a que puede pasar desapercibido, la realidad es que cuando nuestra entidad bancaria nos renueva la tarjeta porque la anterior se ha caducado, debemos introducir sus datos de nuevo en los pagos recurrentes que tengamos contratados. Como, por ejemplo, las plataformas de streaming. De este modo, evitaremos que se cancelen nuestras cuentas sin motivo aparente y que, en último término, incluso lleguemos a perder descuentos por haber causado baja en alguna plataforma por motivos ajenos a nosotros.
Desde el mismo momento en el que nuestro banco nos ofrece la nueva tarjeta, automáticamente debemos dirigirnos a nuestras apps favoritas a cambiar los datos de facturación para evitar cualquier posible problema al que tengamos que enfrentarnos. En último término, si observamos como por el proceso de reemplazo es posible que coincida con el pago de la cuota y no podamos adelantarnos, siempre es recomendable introducir una nueva tarjeta, aunque sea temporalmente, o hablar con el proveedor de servicios en cuestión para informar de la situación y evitar cancelaciones del servicio que se escapan de nuestro control.
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