Utilizar gestor de contraseña, puede ser algo muy útil para acceder a cuentas en Internet. Son aplicaciones que almacenan las claves y ayudan a entrar en páginas web, redes sociales, tiendas online, etc. Ahorran tiempo, pero también pueden aportar una mayor protección. Sin embargo, en ocasiones esto puede no ser así. Hay veces en las que podrían aparecer complicaciones. De ello vamos a hablarte en este artículo.
Por ejemplo, puedes usar aplicaciones como LastPass, 1Password, KeePass o Dashline, por nombrar algunas. Hay muchas alternativas, tanto para ordenador como para móvil. Incluso puedes instalar complementos para el navegador. Es clave usar opciones fiables, pero también utilizarlas correctamente.
Complicaciones al usar gestores de contraseñas
El problema llega cuando algo que, sobre el papel, va a ser de gran ayuda, supone un problema. En ese caso, podrías ver cómo tus datos se ven comprometidos. También podrías tener limitaciones para entrar en una cuenta o incluso gestionar bien las claves que estás utilizando.
Contraseñas incompatibles con los sitios web
Esto es algo que puede ocurrir. Tu gestor de contraseñas podría crear una clave fiable, con una buena longitud, pero que una página web a la que estás intentando acceder, no la admita. Por ejemplo, podría no admitir más de 12 caracteres, no admitir símbolos adicionales o cualquier cosa similar.
En este caso, tendrías que crear una contraseña a mano para poder registrarte en esa plataforma. Vas a tener limitaciones, por lo que tu administrador de claves no serviría.
No siempre funciona el auto relleno
Otro problema que podrías tener, es que el auto relleno de contraseñas y datos, no funcione correctamente. Una de las ventajas de usar este tipo de aplicaciones, es ahorrar tiempo al entrar en un sitio web. Básicamente, evitas tener que poner el nombre y la contraseña para entrar. Todo esto se rellena automáticamente.
Pero claro, en caso de que esto no ocurra, por algún problema, vas a tener que ponerlo a mano. Hay gestores de claves que podrían ser problemáticos en este sentido.
Falsa sensación de seguridad
Además, puedes tener la sensación de estar más protegido de lo que realmente estás. Por ejemplo, confiar plenamente en una contraseña que estás usando en tu gestor de claves, aunque realmente no sean tan fiable como debería. Eso puede dar facilidades a los atacantes y que lleguen a entrar en tu cuenta.
Un ejemplo sería si utilizas una clave que tu gestor de contraseñas califica como segura, pero que realmente no lo es tanto. Puede ser demasiado corta, que contenga tu nombre, etc.
Puedes atarte a un gestor de claves
Otro riesgo más, es que termines atado a un único gestor de contraseñas. Vas a tener una aplicación, con todas tus claves almacenadas, y no siempre es fácil trasladarlas a otro software diferente. Esto hace que pase el tiempo y sigas atado a un único programa, en vez de pasarte a otro distinto.
¿Por qué es esto un problema? Podrías tener limitaciones, que esa aplicación tenga alguna vulnerabilidad, no corregir fallos que pueda haber, etc.
Dependes de una contraseña maestra
Algo que debes tener presente, es que vas a depender de una clave maestra. Es la contraseña que te permite acceder a esa aplicación, a todas las demás que tienes guardadas. Si la pierdes, si te olvidas de ella, no podrías acceder al resto y, por tanto, podrías perder el acceso a cuentas de todo tipo en Internet.
Si no utilizas un gestor de claves, si simplemente las memorizas, no vas a depender de esa contraseña maestra para acceder a las demás.
En definitiva, utilizar un gestor de contraseñas puede ser muy útil, pero también podría llegar a suponer un problema. Es fundamental utilizarlo correctamente y no caer en errores.
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