
La mayoría de usuarios adquieren ordenadores ya montados. Sin embargo, hay personas que prefieren armarlo por su cuenta desde cero. Quienes se aventuran a hacerlo deben saber que no es solo cuestión de encajar piezas y que deben tener en cuenta varios factores para evitar que su esfuerzo e inversión se vayan al traste.
El montaje de un PC por piezas requiere de tiempo y conocimiento. Si planeas hacerlo, necesitarás varios componentes, como un procesador, una placa base, una memoria RAM, una tarjeta gráfica, una caja, etc. Al elegir cada uno por separado, el usuario puede ajustar su presupuesto sin prescindir de lo que le interesa (un rendimiento potente, un gran almacenamiento o una calidad de imagen buena). No obstante, una equivocación al montarlo puede comprometer su durabilidad o afectar a su funcionalidad.
La falta de compatibilidad entre los distintos componentes, que forzar piezas que no encajan, no colocar pasta térmica, u olvidar el cable de alimentación de la GPU pueden provocar fallos. A continuación, te detallamos qué errores suelen ser los más comunes y por qué deberías evitarlos si quieres que tu PC montado de cero por ti funcione a la perfección.
Comprobar que los componentes son compatibles
Cada pieza del ordenador tiene unas especificaciones técnicas muy concretas, por lo que es importante verificar la compatibilidad entre las distintas partes antes de comprar y montar. La placa base, el procesador, la memoria RAM… Si no son compatibles entre sí, el PC no funcionará bien e incluso puedes llegar a dañar los componentes.
¿En qué fijarte?
Por ejemplo, si la CPU usa un tipo de zócalo específico, como AM5 o LGA 1700, que no coincida con la placa base podría ser un problema. Lo mismo pasa con la fuente de alimentación que, si no tiene la suficiente potencia (medida en vatios), la tarjeta gráfica o la placa base no rendirán como debería. Otra cosa en la que fijarse es la memoria RAM, que presenta diferentes variantes, como DDR4 o DDR5, que no son intercambiables.
Incluso el tamaño de la caja es importante, ya que una demasiado pequeña puede no ser suficiente. Imagínate que tienes pensado equipar al ordenador de un sistema de refrigeración avanzado o una tarjeta gráfica grande: necesitarás una caja de dimensiones más amplias que si te decantas por componentes más modestos. De hecho, si tienes piezas que no encajan, evita forzarlas, ya que podrías dañarlas y volverlas inservibles.
La importancia de aplicar la pasta térmica
La aplicación de la pasta térmica también es crucial para un correcto rendimiento del aparato y para asegurar la vida útil del equipo. Este compuesto se debe poner entre la superficie del procesador y el sistema de refrigeración, para mejorar la transferencia del color.
Aunque las superficies de estos dos elementos parecen listas, están llenas de imperfecciones y pequeños huecos que dificultan el contacto directo. Gracias a la pasta térmica, se rellenan estos espacios, eliminando el aire y permitiendo una disipación del calor más eficiente.
Este paso no debería omitirse nunca al montar un PC. Pero, además, tienes que tener cuidado con la cantidad de pasta que pongas. No debes poner ni mucha pasta térmica ni poca: lo ideal es colocar una pequeña cantidad en el centro del procesador para que se distribuya uniformemente al ajustar el disipador.
Un cable de alimentación para la GPU
La unidad de procesamiento gráfico (GPU por sus siglas en inglés) es la tarjeta gráfica que usamos para acelerar la renderización de imágenes y vídeos. Los modelos más recientes necesitan más energía de la que suele dar el puerto PCIe de la placa base. Por ese motivo, es importante usar un cable de alimentación extra en la mayoría de casos.
De esta manera, nos aseguramos de que la GPU reciba la suficiente corriente para ejecutar correctamente su función. Solo así recibirás bien la señal de vídeo y reducirás que la tarjeta se dañe antes de tiempo.
Instala solo controladores oficiales
Los controladores, o drivers, son programas que permiten que los distintos componentes del ordenador funcionen con el sistema operativo que elijas (Windows, Linux, macOS…). Las compañías como NVIDIA, AMD, Intel y otras publican las versiones oficiales que garantizan compatibilidad y estabilidad. Es importante que solo instales los drivers oficiales, puesto que usar otros puede comprometer el rendimiento e incluso la seguridad del equipo.
Instalar controladores de fuentes oficiales garantiza que el PC funcione bien y el correcto aprovechamiento del hardware. Además, te asegurarás de que tu ordenador tenga acceso a futuras actualizaciones.
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