Con el visto bueno de la Comisión Europea a la fusión entre Orange y MásMóvil, la ‘joint venture’ ya piensa en los siguientes pasos que va a dar en España. Y, en este caso, tiene que ver con Movistar. La idea que tienen ambas operadoras es cerrar un nuevo acuerdo, que podría marcar completamente la diferencia para estos dos operadores: usar la fibra del operador español.
En unas semanas, la fusión será una realidad, y por esto mismo ya están pensando en cuál va a seguir su siguiente movimiento. Para ello, ya piensan en cerrar un nuevo acuerdo con Movistar con el objetivo de llevar a otro nivel el despliegue de fibra hasta el hogar en nuestro país. Este pacto serviría para renegociar los acuerdos mayoristas que ya hay entre estas compañías telefónicas y así conseguir ampliar su cobertura de banda ancha fija en España, aunque de una manera diferente al pacto actual que consiste en el alquiler de la red de Telefónica.
Un nuevo pacto después de la fusión
Para empezar, hay que tener en cuenta que este nuevo acuerdo se debe dar después del cierre definitivo de la fusión Orange-MásMóvil, de lo contrario, no tendría ningún tipo de sentido pactar con Telefónica una nueva alianza. Por tanto, hay que esperar a que reciban estos dos operadores la doble autorización del Gobierno de España: tanto del Ministerio de Transformación Digital para la transferencia de frecuencias como el visto bueno de la Secretaría de Estado de Comercio por las inversiones del exterior.
Con este acuerdo, lo que buscan Orange-MásMóvil es no tener acuerdo por el alquiler puro de la fibra de Movistar (bitstream), sino conseguir un pacto IRUs (derecho de uso inembargable). Este tipo de relación es lo más parecido a la coinversión, y lo que se pretende es usar la red de la otra operadora durante un largo periodo de tiempo, que puede llegar a ser de hasta 30 años.
Uno de los aspectos que hay que tener de este tipo de relación comercial es que, el comprador en cuestión, tiene la obligación de pagar una parte de lo que cuesta el mantenimiento y la operación de la infraestructura que se usa. No obstante, los precios con esta nueva alianza serían más económicos que los que se pueden dar a través de un pacto mayorista.
Hay que tener en cuenta que en muchas zonas de España, la red de Orange y MásMóvil todavía no está disponible. En cambio, la fibra de Movistar en nuestro país es la más extendida, para hacernos una idea, cuenta con 28 millones de viviendas, oficinas… con FTTH. Y en dichas zonas, hay que recordar que el acuerdo actual consiste en alquilar la red de Telefónica para así ofrecer Internet a sus clientes.
¿Todos salen ganando?
El principal objetivo de este nuevo acuerdo es que todos los operadores salgan ganando. En el caso de Orange-MásMóvil, no solo consiguen llegar a aquellos rincones en los que todavía no ofrecen fibra óptica, sino que también pueden reducir los costes de expansión, ya que usaría la red de Movistar.
Y, por el lado de Telefónica, al no haber despliegue de fibra propia de la ‘joint venture’, ya que la operadora española no perdería esas zonas y el ingreso mayorista de estas dos operadoras por usar su red de fibra óptica. De esta manera, seguiría ganando inversión a largo plazo de otras compañías y el coste del mantenimiento sería también menor. De ahí el planteamiento de Orange-MásMóvil de que todos salgan ganando.
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